En los pasillos y las naves de la flamante fábrica de la alianza de Renault Nissan en Tánger unos pósters gigantes saludan a los visitantes con el eslogan "Marruecos nos apasiona". Ciertamente, la pasión del grupo franco-japonés por el país del norte de África se ha traducido en una apuesta con la inauguración de una megafábrica en el 2012 que ha ido aumentando su ritmo de producción hasta alcanzar el millón de unidades acumuladas hasta el pasado lunes.
La factoría sorprende a los visitantes. Se alza en una superficie de 300 hectáreas en medio de las laderas ligeramente onduladas y convertidas en un secarral en una zona ubicada a unos 20 kilómetros de la ciudad portuaria de Tánger. Lejos de la densidad industrial habitual en Europa, la planta de Tánger está rodeada de pequeñas aldeas y casas diseminadas entre pastos en los que forrajean algunas vacas y asnos.
Pero las apariencias pueden engañar. En ese paraje rural se encuentra una de las factorías más productivas del grupo Renault, que ha ido incrementando su volumen de actividad desde 50.000 unidades en el 2012, su primer año de funcionamiento, hasta los 273.000 vehículos en el 2016 y que espera superar la cifra de 300.000 este año en su camino hasta llegar a su capacidad máxima de ensamblaje de 340.000 coches. Y todo ello en una planta que se alimenta de energías renovables y que recicla toda el agua utilizada.
CERCA DE LAS FÁBRIAS ESPAÑOLAS
La fábrica de Renault y Nissan en Tánger ha entrado con fuerza en el mapa de la industria de automoción de la zona europea y mediterránea. Se encuentra a poca distancia de algunas factorías españolas y no solo físicamente, con un trayecto de un día de camión, sino también en volumen de facturación. De hecho, la factoría de Tánger se convirtió en una pesadilla para la plantilla de Nissan en la Zona Franca de Barcelona cuando estuvo a punto de robarle la fabricación de una furgoneta que finalmente se quedó en Barcelona por un retraso en la fase inicial de la planta marroquí.
En sus primeros años de historia, las instalaciones de Tánger, donde trabajan 8.000 empleados, se ha especializado en la fabricación de vehículos de Dacia, la gama 'low cost' de Renault. Desde la inauguración de la fábrica norteafricana, Dacia ha incrementado su cuota de mercado hasta convertirse en líder del mercado con un 29% de cuota. Los Dacia Sandero se encuentran por todas las calles de Tánger por su doble faceta de coche producido en Marruecos y por tener un precio de los más bajos.
COMPETENCIA
Pero la pasión de Renault por Marruecos y Tánger puede ser solo el principio de un intenso idilio. "Nunca es suficiente con las inversiones actuales. Competimos en una región, con España, por las inversiones por lo que hay que ofrecer condiciones interesantes", ha indicado el ministro de Industria marroquí, Moulay Hafid Elalamy, que destaca que la oferta del país norteafricano se basa en un "ecosistema" que incluye infraestructuras, como una carreteras y una línea de tren que une la planta de Renault con el megapuerto de Tánger, y también formación y costes competitivos.
El ecosistema creado para Renault incluye un centro de formación por el que han pasado hasta ahora 18.000 jóvenes que se han colocado en la factoría del grupo francés o en alguno de sus proveedores, incluyendo a algunos fabricantes españoles como Antolín. "Encontrar trabajo en la planta de Renault en Tánger es algo muy buscado porque supone cobrar un 20% más que el salario mínimo (unos 260 euros mensuales) y contar con seguro médico, comida y transporte", subraya Jean-François Gal, director de la planta formado en Francia y en Palencia.
Aunque en Tánger solo se producen por ahora modelos de Dacia, algunos de los cuales se venden en España, el director general de Renault en Marruecos, Marc Nassif, admite que "Nissan puede ayudar a la planta de Tánger con la producción de algún modelo, pero no ahora".
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